domingo, 3 de octubre de 2010

¡OH MALDITOS LÍMITES!


Soy hijo de la tierra,
de la Luna y el Sol,
hermano de lagos y animales,
montañas, volcanes y parajes.

Por concepción imaginaria,
invención, quimera del hombre,
fui circunscrito en una zona,
restringido en mi movilidad.

Soy soberano Universal,
de nacionalidad Terrestre,
ignorante de fronteras
que limitan la unidad.

No creo en líneas imaginarias,
mojones de desigualdad,
paralelos y meridianos mezquinos,
que distancian a la humanidad.

¡Oh malditos límites!
Semilla de conflictos y guerras,
separadores de pueblos y familias,
divisores de sueños e ilusiones.

No hablemos de inmigrantes,
conversemos sobre visitantes,
también habrá turistas,
en Marte, Neptuno o Plutón.

Naveguemos por el mar infinito,
por las arterias de este planeta Tierra,
para así llegar a una costa lejana,
perteneciente a esta misma nación.

No existen fronteras culturales,
sociales, económicas o naturales,
sólo existen diferencias elementales,
de las cuales aprender y mejorar.

Libertad, libertad y libertad,
a base de respeto y hermandad,
visa perpetua para viajar,
a donde esté la felicidad.

Por:
José Pablo Vásquez Ch.

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